lunes, 23 de enero de 2017

-Se da cuenta





Traía un montón de discursos y de poemas,
pero me quedé mudo,
y no ciego y no sordo. 

Luego me convertí en un niño,
entre tanta belleza y tanto futuro.
Me convertí en un niño 
en la curiosidad
en el asombro
en la osada dulzura de la mujer
(inalcanzable)
en la férrea valentia del hombre
(inalcanzable)

Agoté la paciencia 
y me pulvericé tratando de explicar un árbol,
pues ya no basta con mirar,
y hay que hablar como hablan los bosques
hay que hablar como hablan los zorzales 
hay que hablar como quien habla mientras piensa
mientras acaricia
mientras escucha
mientras se hunde el sol, 
pues ahí no hay silencio,
pues el corazón no para,
pues el espíritu nunca se calla.


Y el niño se da cuenta que puede pararse en cuclillas.


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